El caso de Belfast es parecido, uno llega a la ciudad y pronto comprende que hay dos culturas, dos historias, dos herencias distintas, en clara competición. Belfast por un lado es una ciudad cosmopolita, pequeña, aunque bonita y comercial, pero nada más que te adentras en la zona católica. La percepción cambia a medida que te vas acercando a los murales y monumentos por los muertos del IRA notas que las calles estan más sucias, que la calidad de la construcción es peor y comienzas a ver más borrachos descontrolados por las calles. Espero que estas dos fotografías sirvan de ejemplo.


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